domingo, 8 de abril de 2012

SINDICATOS, POLITICA Y OTROS MITOS Y MENTIRAS

Sin querer crear polémica y a modo de introducción tenemos que tener en cuenta que en este momento el sistema laboral ha cambiado y que sobre esta situación se han hecho infinidad de artículos yo copiando parte de algunos de ellos también quiero expresar mi opinión sobre los mitos y mentiras que sobre los sindicatos se escribe o intentan imponernos como creencia sobre todo desde la derecha de este país. Como mi ego educacional no da para tener un intelecto afín a mentes privilegiadas, desde estas líneas pido disculpas si alguien se siente ofendido y no todo el mundo está de acuerdo con mi opinión.
Hay autores que incurren en algunos defectos de análisis ya que no han tenido en cuenta el cambio en las leyes laborales con tanta incidencia en la situación de los trabajadores y como tienen que moverse sus organizaciones sindicales en los centros de trabajo (inicio de la desorganización sindical, muerte de los convenios colectivos, etc.), posiblemente a partir de ahora empiece la reactivación de la lucha de clases y los pactos sociales como filosofía de estado.
Errores en las críticas de algunos, con mayor gravedad en la credibilidad de los partidos políticos y aquellos que los dirigen, ya que no matizan ni establecen diferencias ni se concretan siglas, estilos estos muy afines a los “indignados” y que se coincide con la extrema derecha. Lo que nos puede hacer pensar que estos tipos “análisis” pueden terminar siendo nefastos para un pluralismo político, pata las libertades y para la propia política, ya que la misma es la única herramienta contra el capitalismo de la que disponen los ciudadanos y trabajadores en general, porque el sindicalismo actual tiene carácter meramente defensivo.
Ante esta valoración sobre los diferentes artículos y dentro de los pros y los contras que tienen, hay algún análisis que se pueden resaltar y hacer hincapié ya que los mismos desmontan la falsedad y el embuste de los ideólogos fascistas y neoliberales que resurgen contra el sindicalismo español. Por ello, he cogido y pongo como ejemplo por su contenido, (aunque no es el único en la defensa de una línea sindical) el artículo de un profesor de Sociología de la Universidad de Barcelona, Don Joaquín Juan Albalate. No sin antes hacer una aclaración sobre la diversidad sindical que compone el mapa español. La existencia de unos 6.500 sindicatos y asociaciones profesionales registradas en el departamento de asociaciones del gobierno Español de los cuales son inoperantes el 70% por falta de estructura o por que se crearon para un hecho concreto en su día, del 30% restante un 20% no tienen representación simplemente cuentan con una afiliación muy personal o de compromiso, y el 10% restante lo ocupan con amplia mayoría los sindicatos CC.OO. y U.G.T., sindicatos que acaparan la mayoría de afiliación y por ende la mayor cuantía en subvenciones.
MITOS Y MENTIRAS SOBRE LOS SINDICATOS
Desde hace ya unos años, se viene difundiendo desde los medios de comunicación que operan en España ciertas afirmaciones que cuestionan la legitimidad de los derechos que se asignaron a los sindicatos —mediante diversas leyes, empezando por la Constitución— a finales de los años setenta y principios de los ochenta. Esta objeción ha empezado a adquirir durante estos últimos tiempos visos de una auténtica ofensiva de las fuerzas políticas y económicas de índole neoliberal, tanto a escala nacional como en la Unión Europea. Determinados partidos políticos y gobiernos conservadores o liberales españoles y europeos, pero también representantes cualificados de los poderes económicos y financieros, están protagonizando una intensa y persuasiva campaña de descrédito contra el rol y las funciones que, desde la restauración de la democracia, vienen desarrollando los sindicatos.
Esta campaña pretende debilitar a una de las pocas instituciones que aún subsisten en los países industrializados y que, junto con otras organizaciones no gubernamentales y movimientos sociales, constituyen, por encima de los partidos políticos, la más importante instancia colectiva que todavía planta cara a los intentos de acabar con los derechos sociales y económicos asociados al Estado del Bienestar, tan dura y costosamente conseguidos en España a lo largo de los últimos treinta y cinco años. Ante esta situación, algunos profesores universitarios, investigadores sociales, escritores, periodistas, artistas, intelectuales y, en particular, sindicalistas, han reaccionado contra semejante cruzada, recurriendo a diversas formas de denuncia de dichos ataques.
Concretamente, hace unos meses apareció un artículo en la revista de la Federación de Educación del sindicato CCOO, publicado en noviembre de 2011, en el que se apuntaban una serie de frases y expresiones, ampliamente extendidas entre la población y difundidas desde casi todos los medios de comunicación, de cuyo contenido se deducía un claro intento de degradar la imagen de los sindicatos, con el beneplácito, más o menos confesado, de las citadas organizaciones e instituciones. Pues bien, partiendo de esas expresiones y de las contribuciones aportadas por otras personas al respecto (V. Navarro, M. García Biel, J. López, J. Rodríguez, C. Barrera, etc.), cabe realizar los siguientes comentarios a cada uno de tales enunciados:
 
 
1. “Los sindicatos tienen cada vez menos soporte laboral y social”
El soporte que reciben los sindicatos tiene, al menos, dos dimensiones: la laboral y la social, ambas íntimamente relacionadas puesto que cualquier suceso laboral tiene connotaciones sociales, aunque no siempre sucede lo contrario.
Por lo que se refiere al soporte laboral, éste se puede “medir” a partir de la confianza que depositan los trabajadores, bien cuando se afilian a un sindicato pagando una determinada cuota, bien cuando respaldan a unos determinados candidatos, participando en las elecciones sindicales.
Estos dos aspectos (afiliación y elecciones sindicales) son los que legitiman a los sindicatos para que ejerzan la representación de los intereses de los trabajadores, recogiendo sus demandas y trasladándolas a las mesas de negociación con la patronal, o con el propio Estado cuando se trata de empleados públicos.
Con respecto a la afiliación, debe tenerse en cuenta que, desde que se legalizaran los sindicatos a finales de los años setenta, la afiliación sindical en España no ha dejado de crecer. Mientras que en el año 1980 (aún en plena transición democrática) los sindicatos apenas contaban con 500.000 afiliados, esta misma cifra se había multiplicado por más de 7 a finales del primer decenio de este siglo, de modo que eran más de 3.600.000 millones los afiliados a alguno de los actuales sindicatos —encabezados por CC.OO. y U.G.T., que contaban con mas de 1,1 millones cada uno—, a lo que habría que añadir la reciente tendencia que, desde 2009, han iniciado las tasas de afiliación, con un repunte de más del 40% en 2011.
Estas cifras contradicen el supuesto distanciamiento de los sindicatos de sus bases sociales. Y ello a pesar de la grave crisis económica y de empleo que está atacando, particularmente, a los colectivos de trabajadores que, históricamente, más cerca han estado del sindicalismo. Si bien es cierto que la tasa de afiliación sindical en España se sitúa por debajo de la de otros países occidentales (en torno al 17% del total de asalariados), también lo es que viene manteniéndose bastante estable durante los últimos años.
Y todo ello en un país que sigue caracterizándose por tener una patronal con una cultura laboral esencialmente contraria a cualquier acuerdo que implique una mínima renuncia a sus prerrogativas, pero también por poseer un tejido empresarial con un porcentaje muy elevado de pymes, donde es más difícil que arraiguen y se extiendan los valores de solidaridad de clase que se derivan del trabajo colectivo. Además, a ello habría que sumar la no obligatoriedad de afiliarse para poder beneficiarse de los resultados de la negociación colectiva.
 
 
2. “Los sindicatos no nos representan”
Una segunda fuente de legitimidad proviene de las elecciones sindicales que se realizan, periódicamente, entre el “electorado” de los trabajadores asalariados. Se trata de otro soporte, tan o más importante que el anterior, de cuyos mejores o peores resultados se desprende un mayor o menor amparo democrático con el cual se legitiman las decisiones que toman los sindicatos en nombre de sus representados.
En este sentido, cabe decir que el porcentaje de participación de los trabajadores en las elecciones sindicales es, desde que éstas se celebran, muy elevado (alrededor de un 80-90% del total de asalariados que pueden participar a lo largo de los cuatro años que dura el actual cómputo electoral). Unas cifras que en modo alguno han obtenido los partidos políticos en todas las elecciones políticas celebradas desde los años ochenta, tanto en las de ámbito local como en las autonómicas un 65%, nacionales un 75%, o europeas un 46%, y no por ello se cuestiona el cada vez más mermado soporte que reciben de los ciudadanos.
Por último, vale la pena agregar a lo anterior que los sindicatos recaban también un soporte que va más allá de la esfera laboral. Personas que están en paro o en situación de inactividad también respaldan la actividad sindical, a pesar de no trabajar ni estar afiliadas. Las miles de personas que congregan los sindicatos cuando convocan manifestaciones, paros o huelgas, acogen a muchas otras personas que apoyan a los sindicatos desde ámbitos distintos del estrictamente laboral, puesto que muchas de las reclamaciones sindicales son también demandas que afectan a la sociedad en su conjunto.
Y es que, aparte de la Iglesia, no hay ninguna otra institución ni organización social de índole voluntaria en España que concite — contrariamente a lo que algunos dicen— tanto soporte social como los sindicatos.
 
 
3. “Los sindicatos subsisten gracias a los fondos que les da el Estado”
La financiación de los sindicatos españoles proviene, fundamentalmente, de los ingresos que reciben de las cuotas de los 3.600.000 millones de afiliados que poseen: unos 300 millones de euros anuales que cubren el 60% de los gastos corrientes. El Gobierno español sólo aporta (¿aportaba?) 16 millones de euros, (el 4%) que se reparten en función de la influencia electoral de cada sindicato. El resto de los ingresos se obtienen de otras fuentes privadas o públicas, como la venta de servicios, formación o, simplemente, de créditos bancarios.
Esos ingresos deben ser suficientes para cubrir los gastos de funcionamiento ordinario y del mantenimiento y, en su caso, alquiler de los locales donde se realizan las actividades ordinarias. Pero también para cubrir los costes de una de las principales funciones sociales atribuidas a estas organizaciones: la negociación colectiva —a veces a lo largo de muchas horas o jornadas— de más de 4.000 convenios colectivos que, más tarde o más temprano, acaban repercutiendo en la mejora de las condiciones de trabajo de más de 8 millones de asalariados.
En contraste con los 16 millones de euros que reciben los sindicatos españoles del Estado, las ayudas con ese mismo origen que ingresan los sindicatos británicos alcanzan los 98 millones, mientras que los italianos recaudan 600 millones y las organizaciones sindicales francesas del sector público, 700 millones.
Por su parte, las organizaciones patronales españolas reciben del Estado una cantidad parecida a la de los sindicatos, criterio éste, como mínimo, discutible, pues ni por el número de afiliados que aquéllas tienen, ni por la disponibilidad de recursos que esos afiliados poseen para pagar sus cuotas o, más aún, ni por el hecho de que esas mismas organizaciones disponen de otras fuentes de financiación inaccesibles para los sindicatos, las patronales deberían obtener el mismo volumen de financiación que el que reciben los sindicatos.
Pero, puestos a cuestionar la legitimidad —que no la legalidad— de los 16 millones de euros que reciben los sindicatos de los fondos públicos, nadie pone en duda —y menos los dirigentes políticos o algunos medios de comunicación que así se lo reprochan— la pertinencia de que los partidos políticos se merezcan los 85 millones que también reciben del Estado —por mucho que, según todas las encuestas, su credibilidad social sea bastante menor que la de los sindicatos— o que, como recientemente se ha podido saber, la Casa Real obtenga de los presupuestos generales del Estado una renta de 9 de millones de euros cada año, sin contar el valor del patrimonio que esa institución posee.
Y todo ello por no hablar —por mucho que lo merezcan— de la subvención de 90 millones que se concede al cine español, de los 360 millones que reciben la prensa y las televisiones privadas o, en fin, de los 6.000 millones que percibe la Iglesia para cubrir la parte de los gastos que no puede financiar con los ingresos de sus feligreses, etc.
 
 
4. “Los sindicatos se lucran con las ayudas que reciben para la formación profesional continua de los trabajadores”
Los sindicatos reciben unos 150 millones —al igual que la patronal— de fondos públicos que se destinan a cubrir los gastos de profesorado, personal auxiliar, instalaciones, material fungible, etc., de los miles de cursos de formación continua que cada año se prescriben para el reciclaje voluntario de las cualificaciones de los asalariados. Se trata de otra de las funciones sociales más importantes con que los sindicatos colaboran, junto con la patronal y algunas administraciones públicas, para que la competitividad de los bienes y servicios que se producen en España vaya al alza, justamente, como resultado de dichos cursos. No se trata de un gasto, sino de una inversión de futuro muy importante aunque, no por ello, sometida, igualmente, al control y auditoría de las autoridades públicas españolas y europeas.
Y es importante porque, además de que la formación continua se imparte de forma gratuita a unos 2,5 millones de trabajadores al año por término medio —que, de otro modo, posiblemente no recibirían, y menos de forma gratuita—, lo es también por las repercusiones que tiene en el aumento de la autoestima del trabajador, así como en las oportunidades de promoción interna y en las de movilidad inter e intersectorial, e incluso —con las matizaciones que se quiera— en las de poder encontrar trabajo antes que quienes se forman menos, cuando se está en el paro o, en fin, en las de eludir el despido en mayor medida que estos últimos.
La formación continua sigue siendo una herramienta fundamental para afrontar en mejores condiciones los cambios técnicos y organizativos que hoy, tan rápida e intensamente, se producen en el mundo del trabajo. Y, aunque no sea una condición suficiente para encontrar empleo —sobre todo en situaciones de paro masivo como la que se vive en España desde hace demasiados años—, sigue siendo un recurso útil para que los trabajadores que siguen ocupados conserven el puesto de trabajo.
En definitiva, la inversión que hacen los sindicatos con los fondos recibidos no sólo es rentable porque eleva las cualificaciones de los trabajadores, sino porque las empresas se benefician también de contar con unos trabajadores más formados y cualificados. En todo caso, ante cualquier sospecha de lucro indebido siempre se tiene al alcance la correspondiente denuncia en los tribunales.
 
 
5. “Los dirigentes sindicales ‘viven del cuento’ en vista de lo que hacen”
Además de la financiación estatal o de los planes de formación continua, otra de las críticas que se vierten contra los sindicatos se refiere a los sueldos que cobran sus dirigentes. Si bien es cierto que los ingresos en concepto de trabajo de los dirigentes sindicales proceden de una parte de las subvenciones públicas que reciben sus organizaciones, también lo es que tales remuneraciones no sólo están fiscalizadas por Hacienda y otros entes de control público —como a cualquier otro ciudadano que cobra un salario o una subvención del erario público—, sino que dichas cantidades son, como mínimo, ridículas, atendiendo al volumen de horas que destinan a organizar y resolver un conjunto creciente de problemas.
Si se compara con lo que ingresan otros cargos públicos, por no hablar de lo que cobran algunos dirigentes o ejecutivos de organizaciones o empresas privadas, las tareas que realizan los miembros de los sindicatos pueden ser tantas, o tan o más estresantes y tener tanta o más responsabilidad social y, por tanto, tanto o más riesgo por omitir o errar en la toma de decisiones, que las que realizan aquéllos. Por ejemplo, una hipotética gestión deficiente de las actuaciones que se llevan a cabo durante la negociación colectiva o en alguno de los diversos servicios que ofrecen los sindicatos, podría repercutir muy negativamente en las condiciones de trabajo de muchos miles de persones o, en su caso, en la calidad de dichos servicios, con consecuencias igualmente negativas para aquellos, al estar sometidos a la competencia del mercado.
Por tanto, que un alto dirigente de uno de los sindicatos españoles más representativos ganara en 2011 unos 2.470 euros brutos mensuales, no parece que se corresponda con la dimensión de las consecuencias que pueden derivarse de una mala gestión de las responsabilidades que tienen a su cargo. Se trata de una cifra que, a ojos de algunos dirigentes empresariales, puede suscitar una cierta sonrisa sarcástica, pero que no sólo se corresponde con los valores fundacionales de modestia y honestidad propios de los sindicatos de clase, sino que constituye una remuneración mínima por todo lo apuntado antes. Por cierto, no hay que olvidar que, a diferencia de la inmensa mayoría de los dirigentes empresariales privados y públicos, los líderes sindicales son escogidos democráticamente, por lo que los sueldos que cobran están revestidos de un plus de legitimidad, como mínimo, superior al de los que también cobran sin proceder de procesos democráticos.
 
 
6. “Las horas sindicales se utilizan para excusarse del trabajo mermando la productividad”
El número de horas sindicales que se prevé en el artículo 68 del Estatuto de los Trabajadores aún hoy vigente es, en comparación con la mayoría de los países europeos, escaso. Eso podría explicar, al menos en parte, por qué una porción importante de los delegados que salen elegidos en las elecciones sindicales tienen que dedicar un porcentaje significativo de su tiempo personal, que a menudo va mucho más allá del número de horas que, efectivamente, se remuneran.
En el citado artículo se notifican los "créditos" de horas a los que tiene derecho cada uno de los miembros elegidos del comité de empresa y de los delegados de personal, estos últimos en el caso de empresas de 50 o menos trabajadores, con un mínimo de un delegado para las de 30 o menos trabajadores.
El volumen de horas mensuales a que dan derecho tales "créditos" se distribuye en función del tamaño del centro de trabajo: en los de 100 o menos trabajadores, la ley concede 15 horas a esos miembros o delegados, en los que tienen entre 101 y 250, 20 horas, y así sucesivamente, hasta llegar a los que exceden de 750, que pueden disponer de 40 horas. En ese mismo artículo se precisa que los "créditos" de horas que disponen los distintos delegados pueden ser transferidos por parte de algunos de éstos y ser acumulados por otros, algo que suele suceder en la práctica.
Es de ese modo que algunos de los miembros del comité o delegados elegidos pueden quedarse sin “crédito” horario —porque lo han cedido a otros miembros—, o bien ser “liberados", parcial o totalmente, según hayan conservado el consiguiente “crédito” atribuido o, por el contrario, hayan acumulado a los suyos los cedidos por otros, hasta un máximo del 100% de las horas totales de la jornada, según sea el tamaño de cada centro de trabajo, algo que rara vez sucede, pues, a la hora de la verdad, sólo puede ser factible en algunos de los centros de trabajo de gran dimensión (como administraciones publicas).
Pues bien, en España los delegados sindicales que estaban "liberados" en su totalidad alcanzaba, aproximadamente, a unos 4.000, un 1,3% sobre un total de más de 300.000 delegados sindicales escogidos en 2010.
Por tanto, cuando se acusa a los sindicatos de ser los responsables del gran volumen de horas que se “pierden” cada año para la productividad de la economía del país por "culpa" de ejercer un derecho legal como éste, habría que advertir a quienes así lo afirman que, además de que no se comete infracción alguna, sólo repercute en una ínfima parte de los delegados: aquellos que, realmente, ejercen su derecho al "crédito" horario, sea éste parcial o total.
Ahora bien, las horas que se "pierden” para la productividad económica son relativamente pocas si se comparan con las que se (¿pierden?) también en las, a veces, inacabables reuniones que tienen lugar en el seno de las patronales o dentro de las mismas empresas, sin que por ello computen como pérdidas para la competitividad de los bienes y servicios que se producen en la economía española.
En realidad, no es ciertamente el coste de las horas sindicales lo que preocupa a la patronal o a las fuerzas políticas que representan a sus intereses en toda España. Lo que verdaderamente les inquieta es la misma existencia de los sindicatos, hagan muchas o pocas horas sindicales.
Por ejemplo, sin ir más lejos, mejorar un 1% el salario de todos los trabajadores españoles comporta, de media, diez veces más costes para los empresarios que el de las horas sindicales que deben sufragar. Que los sindicatos hayan logrado hace años que los padres o las madres puedan disfrutar de permisos remunerados para cuidar de sus hijos equivale a un coste tres veces mayor que el de las horas sindicales respectivas. Y así sucesivamente, con otros derechos sociales y económicos conseguidos durante las últimas décadas.
Y todo ello gracias a que los sindicatos han existido y siguen existiendo, mal que les pese a algunos.
 
 
7. “Los sindicatos no sirven para nada”
Ésta comienza a ser también otra de las afirmaciones que se propaga cada vez a mayor velocidad y que, aparentemente, ha calado con bastante facilidad entre muchos trabajadores y entre la población en general. Al menos, eso es lo que podría deducirse de los resultados de algunas encuestas sobre la confianza de los ciudadanos en determinadas instituciones, patrocinadas por una serie de entidades dedicadas al estudio de la llamada "opinión pública" y que, periódicamente, aparecen en los medios de comunicación. En estas encuestas se insiste en que, sin ser los "últimos de la cola", los sindicatos son percibidos por estas encuestas como una de las instituciones que, paulatinamente, mayor credibilidad pierden, a ojos de, por lo visto, una mayoría creciente de ciudadanos.
Parecería como si, por arte de magia, un amplio conjunto de personas consideraran, desde hace ya unos años, que los sindicatos ya no son necesarios porque, por poner un ejemplo, las condiciones de vida y de trabajo de una mayoría social han llegado a ser tales que, efectivamente, sobra su presencia, al menos en España.
¿Se trata de una maniobra orquestada desde los diversos poderes políticos y económicos —siempre reticentes, históricamente, a la existencia de los sindicatos— que se sostiene en sólidos fundamentos o, por el contrario, responde a la realidad porque los sindicatos ya no son capaces de dar respuesta a los problemas sociolaborales de los trabajadores?
Todo indica que ambas preguntas tienen algo de verdad. Y es que, de ser cierto que una gran mayoría opina que los sindicatos “no sirven para nada”, éstos tendrían que replantearse a fondo el papel que juegan en los momentos más recientes. Ahora bien, de entrada no parece que esto pueda sostenerse.
En primer lugar, aunque esas encuestas pueden haber recogido una cierta sensibilidad social contraria a la pervivencia de los sindicatos, es lícito preguntarse sobre el procedimiento seguido por dichas encuestas para llegar a tales conclusiones. Como en otros escrutinios, y dando por correctos los cálculos del volumen y la distribución de la muestra, del margen de error, etc., es importante saber cómo se ha recopilado y qué se ha preguntado a los ciudadanos, pues, según se haya orientado el enunciado de las preguntas, se podrían haber alcanzado otros resultados.
Por ejemplo, ¿la encuesta era específica sobre los sindicatos o trataba de más temas?, ¿qué número de preguntas se incluían y qué se preguntaba exactamente sobre los sindicatos?, ¿en qué lugar del cuestionario se situaban estas preguntas?, ¿existían respuestas abiertas?, ¿cuáles eran?, etc. Éstas y otras interpelaciones sobre la elaboración del instrumento utilizado para recabar la información podrían deparar resultados distintos de los obtenidos en esas encuestas.
En segundo lugar, aun aceptando que el diseño de dicho instrumento se hubieran ajustado a los requisitos de objetividad científica y, derivado de ello, se hubiera detectado que, efectivamente, existe una percepción social de los sindicatos como entes superfluos, no significaría, necesariamente, que muchos de los interpelados deseen prescindir de ellos. Algunas personas pueden defender su inutilidad y, al mismo tiempo, estar afiliadas o votar por un sindicato en las elecciones sindicales, en este caso si se es un trabajador en activo.       Es común observar que muchas personas pueden compatibilizan ideas (“los sindicatos no sirven para nada”) con otras que se contradicen con las que se llevan a la práctica.
No obstante, a pesar de todo lo dicho hasta ahora, es posible que dicha percepción pudiera aproximarse a una cierta realidad, aunque llena de matices. La crisis económico-financiera actual se ha encargado de reforzar el desmantelamiento, iniciado ya en los años ochenta, de las bases materiales e ideológicas con las que los sindicatos de clase encontraban el apoyo necesario para afrontar las desigualdades laborales y sociales existentes.
Desde que esas bases declinaron en favor de otras, completamente, opuestas a éstas, la sintonía de los sindicatos con las "nuevas" demandas sociales y laborales planteadas por los jóvenes, pero también por otros no tan jóvenes, se ha quebrado, dando paso a una desafección e inhibición sociales, propicias a la aparición de, entre otras cosas, frases como "los sindicatos ya no sirven para nada". Y eso, paradójicamente, cuando el empleo se encuentra en una situación en la que cabría esperar, más que nunca, la adhesión masiva a la lucha contra las causas que provocan el paro, históricamente encabezada por los sindicatos.
El declive de las ideas críticas contra el sistema capitalista de una parte importante de los trabajadores, pero también de los propios parados y de muchos de aquellos jóvenes, ha facilitado a los poderes económicos y políticos, y a los medios de comunicación que estos mismos controlan, inculpar a los sindicatos, unilateralmente, de la responsabilidad del actual paro masivo, empezando, como ya se ha visto, por eliminar las horas sindicales.
Si bien algunas estrategias dudosas llevadas a cabo por las direcciones de los sindicatos durante las épocas anteriores en relación con las políticas de empleo podrían haber contribuido a un cierto descrédito, también es verdad que, si alguien no es responsable de la destrucción de empleo y del paro masivo existente, éstos son los sindicatos, sino aquellos que pueden crear ocupación —empresarios y, cuando no, el propio Estado— y que, por motivos económicos y políticos, respectivamente, no lo hacen.
Por tanto, aunque una potente socialización regresiva intenta revertir la responsabilidad de la situación económica actual, los sindicatos no sólo "no han servido para nada", sino que han servido, en la medida en que lo han permitido sus escasos recursos, para concienciar y movilizar a los ciudadanos a fin de denunciar a los auténticos causantes de dicha crisis y, con ello, colaborar con otros colectivos para frenar, en la medida de lo posible, las peores consecuencias de la crisis iniciada por aquéllos.
 
 
8. “Si no existieran los sindicatos la sociedad tampoco notaría su ausencia”
Este enunciado aún no se ha extendido tanto como los anteriores, aunque, puestos a imaginar lo peor, no es descabellado que, tal como se suceden los acontecimientos, sea sólo una cuestión de tiempo. Se trata de una falacia más que se deriva del enunciado anterior: si los sindicatos no sirven para nada, entonces lo mejor es que desaparezcan.
La hipótesis de una supuesta desaparición de los sindicatos suscita la existencia de, al menos, dos escenarios: el primero sería que, efectivamente, los sindicatos “ya no sirven para nada”, algo que ya se ha intentado desmentir en el anterior enunciado. El segundo, en cambio, haría referencia a que los sindicatos “sí que sirven para algo” y, a pesar de ello, los poderes económicos y/o políticos decidan, sea cual sea la opinión pública sobre ellos, eliminarlos.
Este último escenario plantearía numerosos problemas que habría que resolver. En primer lugar, tal desaparición nos remitiría, aunque con un contexto histórico distinto, a otras épocas del pasado, no tan lejano, en las que, tras ser proscritos, volverían a ser perseguidos, puesto que si “servían de algo” antes de ser prohibidos, es lógico pensar que volverían a luchar para salir de la clandestinidad y exigir, una vez más en la historia, su legalización.
Este escenario no parecería ser “funcional” para el propio sistema capitalista actual, dado el “compromiso” de los poderes políticos y económicos para mantener la democracia formal vigente y, por tanto, de las instituciones básicas que la acompañan, como, por ejemplo, los sindicatos. Ahora bien, es éste un compromiso al que hoy nadie podría asegurarle permanencia, vistos los embates de que son objeto los sindicatos en la actualidad.
En segundo lugar, el cese automático de las funciones que desarrollan los sindicatos, en particular la referida a las relaciones laborales y, específicamente, a la negociación colectiva de los convenios con las patronales y, en su caso, la concertación social con estas últimas y el propio gobierno, quedaría sin efecto. Sin duda, los primeros perjudicados serían los trabajadores, especialmente los de las pequeñas y medianas empresas (las que acogen a menos de 50 trabajadores), en la medida en que son los que más se benefician de la actual normativa que permite extender los logros conseguidos en esa negociación a estos trabajadores, siempre y cuando los sindicatos o, sobre todo, las patronales que los representan se adhieran a tales acuerdos.
Cabe recordar que este tipo de empresa congrega en España a más del 95% del total de empresas. Por tanto, aunque se conservaran el resto de las funciones que desempeñan los sindicatos, la abolición de la negociación colectiva, por sí sola, conduciría directamente a la negociación individual descentralizada, empresa por empresa, con las más que probables consecuencias negativas para las condiciones de vida y trabajo de una gran mayoría de los asalariados, salvo los que, con la negociación individual de su convenio, pudieran obtener, hipotéticamente, más o mejores beneficios, algo que, como se ha venido demostrando durante los últimos treinta años, contrasta con lo que ha sucedido en la realidad.
Pero, además de esas consecuencias directas para los asalariados, la eliminación de los sindicatos conllevaría también otras secuelas. Por un lado, la patronal tendría dificultades para legitimar sus decisiones en ausencia de los sindicatos, al menos en el marco democrático europeo e internacional. Por otro, aumentarían las probabilidades de una quiebra del mismo Estado del Bienestar si, como sería de esperar, los salarios y el resto de las condiciones de trabajo fueran a la baja, comprometiendo el consumo privado y los ingresos públicos del Estado, a no ser que —algo bastante improbable en un marco neoliberal dominante como el presupuesto en esta hipótesis— existiera una intervención de éste que regulara esas condiciones por decreto.
Realmente, si ese hipotético escenario general se aproxima bastante a lo que sucede en la actualidad habiendo sindicatos, es fácil imaginar, más allá de lo relatado hasta ahora, qué acontecería de más si no existieran. Como ya se ha apuntado, la presión contra el Estado del Bienestar repercutiría, necesariamente, en la estabilidad del propio sistema democrático, de modo que, más tarde o más temprano, afectaría no sólo a los sindicatos, sino también a algunos partidos políticos e instituciones democráticas y, quizás, quién sabe, a otros.
No hay que olvidar que, si alguien luchó por la restauración de la democracia en España, fueron sin duda los sindicatos. No fueron los únicos, pero sí los que, junto con otros líderes políticos de izquierdas, más arriesgaron su vida por ella.

Y después de poner en conocimiento de todos este “análisis” muy enriquecedor y que personalmente es el que mas me ha gustado y por eso lo publico, solo me queda apostillar y que cada uno saque sus conclusiones:
Como decía el Ministro de Propaganda Nazi: “UNA MENTIRA REPETIDA MIL VECES SE CONVIERTE EN VERDAD”.

domingo, 5 de febrero de 2012

TESTIMONIOS PARA NO OLVIDAR NI PERDONAR.


Declaración de María Martin de 81 años, como testigo de la defensa de Garzón:

Puedes grabar lo que quieras. Te lo voy a contar todo. Porque ya no tengo miedo.
No saques el nombre de los asesinos de mi madre, ni de los que le daban las palizas a mi padre, ni de los que me daban el aceite de ricino desde los nueve años. Porque sus hijos no tienen la culpa de lo que fueron sus padres.

Yo le he escrito al rey, le he escrito al fiscal, le he escrito a la audiencia, le he escrito a Castilla y León. Tengo cientos de cartas respondidas, pero mi madre sigue enterrada al pie de la carretera. Mi madre a la que vinieron a buscar en septiembre del 36 arrancándola de mí y de mi hermana.

Cuando cumplí nueve años nos cogieron a mí y a mi hermana, y a tantas otras mujeres del pueblo, también embarazadas y niñas camino de la iglesia. Después del sermón nos sentaron a todas y nos hicieron beber medio o un litro de aceite de ricino y diez o veinte guindillas, depende de si eran niñas o mujeres. Esa fue la única vez que lo hicieron en grupo. Después nos cogían según les daba, varias veces al año hasta que cumplí diecisiete.

La última vez lo hicieron porque decían que yo había visto a los maquis. Yo no veía a nadie, nada más que iba escapándome por las calles para que no me viera nadie. Tuve que ir de vientre cuarenta y siete veces y acabé por la tarde en la cama, desmayada, sin conocimiento, hasta que mi padre al día siguiente me despertó de un grito asustado. Él nunca lo supo, nosotras lo protegíamos, porque si no hubiera ido a por ellos y los hubiera matado. Y después lo hubieran matado a él.

Se pasó la vida protegiéndonos y nunca más se volvió a casar. Decía que ninguna mujer podría ocupar jamás el sitio de mi madre. A mi padre le daban palizas constantes, sobre todo al principio. Mi padre se defendía, era un hombre fuerte pero diez hombres contra él era demasiado. Lo cogían por la calle cuando venía del campo.

Una vez llegó a casa sangrando, nosotras le preguntamos que qué le había pasado y él dijo que nada, que se había caído y había rodado contra unas ramas. En seguida llamó la guardia civil y se lo llevaron. Llegó varias horas después con la carne de un brazo colgando. Mi hermana llamó al médico mientras yo le curaba las heridas. El médico vino y lo curó amablemente. Al día siguiente le dieron una paliza al médico.

Creo que la primera hija que parí me la robaron. Llegué a Madrid y una enfermera me cruzó las piernas y se sentó encima mío para que no empujara. Me dijo que todas las de pueblo éramos unas animales. Al rato llegó el doctor y me metieron en un quirófano, decía que la niña corría peligro de asfixia. Me anestesiaron y me la sacaron con fórceps. Cuando desperté me dijeron que estaba en una incubadora. Yo la pedía pero no me la daban, y estaba destrozada. Después de dos semanas ya me confesaron que la niña había muerto hacía una semana, pero yo no me lo creo. Había una mujer que andaba buscando un bebé para adoptar, y negoció con una madre soltera que limpiaba las habitaciones pero le dijo que ella no vendía a su niño por nada.

Estoy perdiendo la voz, pero por suerte hoy vengo del médico y me ha dicho que no es nada malo. Que es desgaste. Que estoy como oxidada. Yo lo único que pido es sacar los huesos de mi madre y llevarlos junto a mi padre, que también está enterrado con una hija que murió. Venir a la vida para vivir tantas desgracias. Llevo muchos años luchando para que pase, aunque me caiga muerta el mismo día que los entierre juntos me da igual, todo valdría la pena. Al hijo de un rey o de un político ya lo hubieran enterrado ya dignamente. Pero a nosotros, que no somos nada, el mundo entero nos da la espalda.

sábado, 4 de febrero de 2012

CARTA DE UN CIUDADANO A UN CORONEL TRASNOCHADO.


¿HASTA CUANDO TENEMOS QUE AGUANTAR SANDECES?  
Según usted con su don de mando parece decir que nadie en el Tercio sabía de nada y su afán es criticar a los representantes institucionales y a los ciudadanos que no piensan como usted que somos defensores de una República Federal, con ello nos demuestra que el que no sabe nada del Tercio es usted Coronel Cañas, quien ignora absolutamente todo del como debe ser la composición del Ejército en un Estado democrático como quieren ustedes arrogarse ahora (Sr.) Mariano Cañas.

Usted esta constantemente ofendiendo a la ciudadanía Española con un discurso añejo del pasado, pues nadie ha prohibido nada en este país, algo que en su conciencia no entra, es que la democracia y las libertades hay que demostrarlas de otras maneras, como, prohibiendo honores que han sido tradicionales en Toledo, porque esas tradiciones son hechos de un pasado oscuro de este país y que esas galas de acompañamiento a los Cristo representativo de una creencia no compartida por una ciudadanía democrática en un estado laico, eran fruto de una dictadura que nada tienen que ver con los valores de un ejército moderno y adaptado a los tiempos actuales, y con ello ofende usted y oculta, como rebeldes contra un gobierno legalmente constituido, que en el ejercito republicano fueron héroes como es el caso del General Rojo o Miaja, por ello hay que prohibir la participación de un ejército en cualquier tipo de evento o procesión que solo representa el fanatismo de una religión como la Salve Marinera o los honores al Cristo de la Buena Muerte.

Reconozca usted que el honor del ejercito y en este caso el de la Legión está en saber defender y servir a su patria y a sus ciudadanos civiles, reconociendo que muchos de ustedes tienen esa medalla individual reconocida por un régimen no democrático con lo cual no es honor sino deshonor a los valores personales de un cuerpo militar como la legión española. 

Es usted una vil farsante, por no saber o no querer reconocer que los tiempos han cambiado y que el ejército en este momento es más profesional y capacitado para reconocer sus valores. De qué sirve decir  “Viva España” si eso no hace falta expresarlo cuando se lleva dentro de sí mismo, porque lo único que sabe del Ejército es lo que le han enseñado y usted quiere seguir enseñando, odiar todo aquello que no sea disciplina dictatorial, cuando los garantes de la Unidad de España son los mismos ciudadanos y por ello también los ejércitos pero democráticamente, por ello digo “todos somos España, Ciudadanos, Ejercito, Administración, etc.” 

Coronel o lo que sea, deje usted el cargo si no está jubilado ya, no sea que los Ciudadanos se cansen de tanta hipocresía dictatorial de un ejército antidemocrático como usted y entonces, será vuestro el crujir de dientes.


Y mientras usted lo hace, los que no hemos servido en ese glorioso Cuerpo, seguimos con la cabeza muy alta, mirando al cielo, el pecho abierto y en tensión nuestro espíritu, sin lema de ningún tipo pero con HONOR (usted carece de él) PATRIOTISMO (no tiene Sr., ni idea de lo que es eso) ESPIRITU MILITAR, DISCIPLINA, LEALTAD, VALOR, SACRIFICIO, EJEMPLO y COMPAÑERISMO (cosas que según usted ha mamado) pero por mucho que haya ingerido es incapaz de asumirlos, y por ello gritamos ¡VIVA LA DEMOCRACIA!, !POR ESPAÑA- Sr. Cañas escuche y aprenda a gritar ¡¡VIVA LA REPUBLICA ESPAÑOLA!! Se lo dice un Abulense, Félix González Prieto aprendiz de mucho y maestro de nada,  Español Republicano y de Izquierdas amante de su país y sus costumbres de siempre.





sábado, 28 de enero de 2012

PROPUESTA A LAS ORGANIZACIONES SINDICALES CC.OO. Y U.G.T. ANTE EL ATROPELLO DE LOS DERECHOS DE LOS TRABAJADORES Y TRABAJADORAS.


No lleva nada mas que un mes en el poder y ya se les ve de que lado es este gobierno y cuál es el pensamiento de su camarilla, el gobierno del PP, siguiendo instrucciones del FMI y la Unión Europea, ha aprobado un nuevo Plan de Ajuste que  recorta 18.000 millones de gasto público que pueden ser 45.000 millones en todo 2012, ajuste este que para justificar empezara robando dinero de la sanidad  y enseñanza públicas, de las pensiones, de los servicios públicos en general. Rajoy congela el sueldo de los trabajadores  públicos, anula las reposiciones y el acceso de personal, aumenta los impuestos, etc… y mientras concede nuevos avales por cien mil millones  de euros a la banca. Y no solo amenaza con una nueva reforma laboral sino que nos la va a imponer.
Los trabajadores y sus familias, los jóvenes, los 5.5 millones de parados siguen con su pasividad y aguantando más, mientras sufren el empobrecimiento  al que les condenan los gobiernos al servicio de los especuladores. A pesar de eso, los órganos confederales de CCOO y de la UGT tienden la mano al Gobierno para otro proceso de  concertación social y aceptan un “pacto por el empleo”.
Acabamos de conocer que han llegado a un acuerdo de limitación salarial y flexibilidad, rompiendo el pacto de  2010 que preveía que este año pudiésemos “recuperar” algo de lo perdido en 2010 y 2011. Cuando el IPC ha subido un 2,4% y la situación de los trabajadores y trabajadoras es tan difícil, y les preguntamos ¿Cómo son capaces de aceptar un 0,5% y con descuelgues que supondría que  muchos salarios ni siquiera suban ese mísero 0,5%?. Como se atreven los sindicatos a cometer tan vil maña, cuando están artos de llenarse la boca, denunciado tantas veces, esta pérdida de  poder adquisitivo que causaría más paro.
Ante cada renuncia sindical,  los  especuladores empresariales apoyados por un gobierno de corte netamente neoliberal atacan  más,  y  los  trabajadores  sienten cada vez mas la falta de protección de las organizaciones sindicales y el desprestigio que están representando, por ello reconocen menos a los sindicatos. Es la  experiencia del diálogo social de los últimos años.
Como sindicalista autentico y de acuerdo con afiliados, delegados y algunos sindicalistas se entiende que no procede ningún “diálogo” para concertar recortes con un gobierno de corte neoliberal como el que nos gobierna representado por el PP a la mas antigua usanza de una derecha rancia y cuyo programa es liquidar conquistas de años de lucha de la clase trabajadora. Haciendo eco del pensar de la clase trabajadora, pedimos a los sindicatos mas representativos y firmantes CC.OO. y U.G.T. acuerdos de unidad para defender todas y cada una de las conquistas sociales y derechos laborales,  para exigir la retirada de todos los planes de ajuste y los recortes.
Con la respuesta masiva a las convocatorias en defensa de la enseñanza, la sanidad y otros servicios públicos se  muestra que es hora de organizar la movilización general buscando aliados entre la juventud y en la sociedad en general. Desde esta página se pide a los órganos de dirección de U.G.T. y CC.OO. que, en lugar de negociar los recortes con el Gobierno del PP o de turno en la alternancia de gobernar, den un giro de 180 grados y  organicéis  con urgencia la lucha por la retirada de todos los planes de ajuste y la defensa de todos los derechos y conquistas sociales retirando el apoyo al pacto de moderación salarial y flexibilidad.
No lleva nada mas que un mes en el poder y ya se les ve de que lado es este gobierno y cuál es el pensamiento de su camarilla, el gobierno del PP, siguiendo instrucciones del FMI y la Unión Europea, ha aprobado un nuevo Plan de Ajuste que  recorta 18.000 millones de gasto público que pueden ser 45.000 millones en todo 2012, ajuste este que para justificar empezara robando dinero de la sanidad  y enseñanza públicas, de las pensiones, de los servicios públicos en general. Rajoy congela el sueldo de los trabajadores  públicos, anula las reposiciones y el acceso de personal, aumenta los impuestos, etc… y mientras concede nuevos avales por cien mil millones  de euros a la banca. Y no solo amenaza con una nueva reforma laboral sino que nos la va a imponer.
Los trabajadores y sus familias, los jóvenes, los 5.5 millones de parados siguen con su pasividad y aguantando más, mientras sufren el empobrecimiento  al que les condenan los gobiernos al servicio de los especuladores. A pesar de eso, los órganos confederales de CCOO y de la UGT tienden la mano al Gobierno para otro proceso de  concertación social y aceptan un “pacto por el empleo”.
Acabamos de conocer que han llegado a un acuerdo de limitación salarial y flexibilidad, rompiendo el pacto de  2010 que preveía que este año pudiésemos “recuperar” algo de lo perdido en 2010 y 2011. Cuando el IPC ha subido un 2,4% y la situación de los trabajadores y trabajadoras es tan difícil, y les preguntamos ¿Cómo son capaces de aceptar un 0,5% y con descuelgues que supondría que  muchos salarios ni siquiera suban ese mísero 0,5%?. Como se atreven los sindicatos a cometer tan vil maña, cuando están artos de llenarse la boca, denunciado tantas veces, esta pérdida de  poder adquisitivo que causaría más paro.
Ante cada renuncia sindical,  los  especuladores empresariales apoyados por un gobierno de corte netamente neoliberal atacan  más,  y  los  trabajadores  sienten cada vez mas la falta de protección de las organizaciones sindicales y el desprestigio que están representando, por ello reconocen menos a los sindicatos. Es la  experiencia del diálogo social de los últimos años.
Como sindicalista autentico y de acuerdo con afiliados, delegados y algunos sindicalistas se entiende que no procede ningún “diálogo” para concertar recortes con un gobierno de corte neoliberal como el que nos gobierna representado por el PP a la mas antigua usanza de una derecha rancia y cuyo programa es liquidar conquistas de años de lucha de la clase trabajadora. Haciendo eco del pensar de la clase trabajadora, pedimos a los sindicatos mas representativos y firmantes CC.OO. y U.G.T. acuerdos de unidad para defender todas y cada una de las conquistas sociales y derechos laborales,  para exigir la retirada de todos los planes de ajuste y los recortes.
Con la respuesta masiva a las convocatorias en defensa de la enseñanza, la sanidad y otros servicios públicos se  muestra que es hora de organizar la movilización general buscando aliados entre la juventud y en la sociedad en general. Desde esta página se pide a los órganos de dirección de U.G.T. y CC.OO. que, en lugar de negociar los recortes con el Gobierno del PP o de turno en la alternancia de gobernar, den un giro de 180 grados y  organicéis  con urgencia la lucha por la retirada de todos los planes de ajuste y la defensa de todos los derechos y conquistas sociales retirando el apoyo al pacto de moderación salarial y flexibilidad.

DE LA ELITE ECONOMICA MUNDIAL Y FASCISTA EN SU CREACION DE UN NUEVO ORDEN MUNDIAL


El Nuevo Orden Mundial va entrando muy poquito a poco en la ciudadanía. El fascismo, cuyo fin primero y último es garantizar el status privilegiado de las élites económico financieras, es en esta ocasión un fascismo "light" que no necesita ya de las algaradas de un (pongamos) Hitler o cualquier otro sistema de revolución para conseguir sus objetivos.
Cuenta hoy en día con armas mucho más poderosas: todas las que engloba la industria mediática y de monopolio. Con ellas consigue crear una conciencia de falso confort en las masas que anula cualquier tentativa de transformación. Lo que a la postre se persigue es volver a los postulados previos a la Ilustración, es decir, la aceptación... de lo establecido como el "orden natural de las cosas".
En España se dan además las circunstancias idóneas para que sea uno de los lugares donde más pronto y fuertemente arraigue la nueva "anti-ideología": una represión brutal de las clases intelectual, medias y obreras por un gobierno fascista que ha dejado una huella profunda, una falta de sistema educativo libre de los manejos de una iglesia retrograda, unos sindicatos faltos de verdaderos sindicalistas demasiado funcionariados con unas bases dormidas en la complacencia de sus dirigentes que pactan a cambio de nada, una izquierda que abrazó el "eurocomunismo" y las tesis reformistas etc., con la creación de centenares de organizaciones políticas mas o menos de izquierdas incapaces de ponerse de acuerdo creándose reinos de taifas y un partido mayoritario dicese de izquierdas (PSOE) perdiendo sus principios fundamentales y convirtiéndose en un apéndice de un brutal neoliberalismo.
A ello añadiría yo además la escasa o nula conciencia de patria (compárese, por ejemplo, con la que hay en Venezuela) desde que aquí el intento de construcción de una Republica federativa con una realidad colectiva inclusiva y no excluyente fuera abortado por la Iglesia y un grupo de rebeldes en armas que se alzaron contra un régimen legalmente constituido y con la ayuda de las potencias fascistas del siglo XX.
Todo eso lo saben perfectamente los avezados sociólogos que diseñaron el "Spanish Experiment". Concluyendo, largo y difícil camino. La ruptura con el franquismo - y por consiguiente con el régimen actual, como continuador de aquel - es la condición indispensable para hacer frente al terrible panorama que espera a nuestros hijos. Y no sirve de nada que cada uno la haga a nivel individual, todo eso de la revolución de las conciencias ya no sirve. Nunca sirvió. Es momento de unificar ideas y luchar por una Republica. “El momento es ahora. Mañana es tarde”.

domingo, 22 de enero de 2012

EN HONOR A LA VERDAD, (CUANDO LA JUSTICIA ES PRESUNTAMENTE CORRUPTA)


Del Blog de Jose Luis Peña en EL PLURAL

Dejemos la literatura para otro día, haremos hoy un ejercicio de síntesis objetiva sobre el caso judicial más sangrante de los últimos años, de toda la democracia: poderes políticos, judiciales e intereses gurtelianos aliados para derribar a un enemigo. Frente a la verdad se está imponiendo la falsía, y lo que es peor una vez mas, la enésima, salta por los aires el estado de derecho.

PRIMERO: Cinco jueces apartados

Cinco jueces que investigaron a Garzón en este caso, fueron apartados del juicio mismo por fata de parcialidad objetiva, OBJETIVA, esto es, palmaria y evidente, porqué ellos mismo no se separaron de este juicio, ¿cometieron prevaricación o algún otro delito judicial?, pues lo mismo las escuchas, pueden ser anuladas, como cientos y cientos de escuchas que no pasan el filtro de legalidad, de ahí a estar ante una prevaricación es demencial. Mientras, el juez Urquía ya está en posición de juzgar a ciudadanos, él que ha sido condenado por trincar la pasta, y el Supremo, este Supremo glotón, cegato, de naftalina y alcanfor le rebajó la pena, dijeron que sus resoluciones no eran del todo injustas¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡.

SEGUNDO: No hay Abogados, hay delincuentes

La ley impide grabar al preso con su abogado. De qué abogados estamos hablando?, de los que blanquean en nombre del delincuente?, ¿del que está imputado?, ¿del que es más delincuente que el preso?, ¿de aquel que debería estar en prisión más que su cliente??????? Por ejemplo, ayer la Policía certificó que los abogados blanqueaban, ¿abrirá el colegio egregio de abogados de Madrid una investigación?, o se presentará como parte al igual que hizo en la investigación contra Garzón para reclamar justicia. ¿Es que siendo abogado uno puede blanquear y delinquir con patente de corso, acaso no existe en el ordenamiento jurídico español una ley que pena el fraude de ley, porque esto es un fraude de ley, uno enorme, inmenso y colosal fraude de ley, socapa de defender ayudo a delinquir, es que alguien en España quiere este sistema inquisitorial para la defensa de la propia democracia?,  a mi y a cientos de miles de españoles nos pueden grabar como en gran hermano, 24 horas al día, podremos decir muchas impertinencias o improperios incluso cosas realmente desagradables, pero nunca se podrá decir que de nuestras bocas salen palabras para la perpetración de un delito.

TERCERODefensa no, delitos.

En efecto, en esas conversaciones Correa y su llamémosle “abogado”, se habla de muchas cosas, al reparar en mi,  Correa comenta la posibilidad de cometer un delito en mi contra, un delito, acusándome de inventarme toda la trama, pruebas falsas etc., ¿es eso defensa?, (Audiencia/PS Intervención de Comunicaciones Tomo 1 Audio de la Cárcel Página 135: “Podemos decir que es un montaje de Izquierdo  y de Pepe Peñas”), ¿es eso mecanismo democrático de defensa?, ¿es eso estado de derecho?, ¿era ese un abogado o un delincuente? ¿y mis derechos y mis defensas y mi integridad?, ¿y la defensa de algo superior que es la democracia misma?.

CUARTO: La ley aclara

Artículo 51.  Ley orgánica penitenciaria
2. Las comunicaciones de los internos con el abogado defensor o con el abogado expresamente llamado en relación con asuntos penales y con los procuradores que lo representen, se celebrarán en departamentos apropiados y no podrán ser suspendidas o intervenidas salvo por orden de la autoridad judicial y en los supuestos de terrorismo.

Ayer, ese otro sicofanta que es Peláez, supuesto abogado de Ulibarri (vaya papelón en tu tierra, ya saben como eres), pues este tipo reconocía que no tenía los permisos: admitió que no comunicó al juez que iba a entrevistarse en la cárcel con los cabecillas de la trama, Francisco Correa y Pablo Crespo, pese a que el reglamento penitenciario así lo requiere. Peláez, tampoco ha podido acreditar la existencia del volante expedido por el Colegio de Abogados que certificaría que había sido "expresamente llamado" por esos internos para entrevistarse con ellos en prisión. A la cárcel con él, al trullo, por no hacer lo que se debe, me siento indefenso con abogados como este por la calle.

¿Pero esto qué es, otra prevaricación?, cómo iba a saber el policía o el señor Garzón que este pájaro es abogado o que se entrevisto con los presos para poner en relación la línea de defensa de todos los sin vergüenzas. ¿Y este tipo ha denunciado?, pero si debe de callarse más que acusar. Y luego como ve que ha sido pillado empieza a mentir y a decir sandeces sesgadas, que las fiscales eran muy sagaces en sus preguntas, dejando caer que conocían las respuestas. Se evidencia que este juicio para él está en función de sus intereses en el juicio principal de Gürtel, con estas insinuaciones quiere anular todas las investigaciones del juicio principal que pondrían a la cúpula pepera en la picota, junto a su supuesto defendido.

Ser abogado es malo, ya de por sí, ser como este abogado es lo peor, conozco ratas de alcantarilla con las que me iría a cenar antes que con esto. ¿Donde está el delito?, uno que no es abogado que es un delincuente otro que no sigue los cauces reglamentarios para entrevistarse… Otra vez, ¿Colegio de Abogados vas a hacer algo?.

En definitiva, todo este lío es una mera cuestión de interpretación y como tal recuerdo que ordenó un juez las escuchas, las admitió otro, las apoyaron siempre las dos fiscales y en el TSJ se anularon con un voto en contra, evidente y palmaria controversia jurídica, nunca delito, máxime cuando el derecho penal es última ratio, última razón, pudiendo contravenir el orden administrativo es ridículo pensar que se ha contravenido el orden penal.

Nunca, JAMÁS, un juicio ha sido utilizado CONTRA alguien como en este caso.

PD: oigo al falso y compungido abogado Peláez declarar ante el Supremo que siente miedo y se siente perseguido por un estado policial lejano al estado de derecho. Claro, desde luego que con los amigos y clientes que tiene y siendo como es él, se sentiría más cómodo en un Estado Mafioso.

martes, 10 de enero de 2012

ALGUNOS DATOS SOBRE LA FINANCIACIÓN DE LA IGLESIA CATÓLICA EN ESPAÑA

¡LA IGLESIA CATÓLICA OFICIAL NO ESTÁ EN CRISIS!
El Estado español (central y periférico) entrega a la iglesia católica más de DIEZ MIL millones de euros anuales, lo que puede suponer algo más del 1% del PIB en 2011.
*La iglesia católica española es inmensamente rica. Además vive en un verdadero paraíso fiscal, al estar libre de impuestos y la inmensa mayoría de sus bienes y de sus cuentas son totalmente opacas.
Esta situación es ilegítima y presuntamente ilegal, hecho que es aceptado u omitido por los poderes públicos, que podrían estar cometiendo diversos presuntos delitos.

Resumen aproximado de aportaciones directas del Estado y valoración por exención de impuestos, contabilizados globalmente en millones de euros (m€):

Asignación vía IRPF-2010 (para financiación directa del culto y el clero) 249 m€
Asignación IRPF-fines sociales (obra social, cooperación, etc.)-mínimo 80 m€
Exenciones tributarias: IBI, patrimonio, obras… etc. 1.000 m€
Enseñanza: *Personal que imparte religión católica: 700 m€
Financiación de centros de ideario católico: 3.900 m€
Para asistencia sanitaria y para la obra social: 2.500 m€
Asistencia hospitalaria directa (CCAA) 700 m€
Funcionarios capellanes (ejército, cuarteles, hospitales…) 25 m€
Mantenimiento patrimonio artístico propiedad de la iglesia católica 500 m€
Fastos y eventos 2011 (*datos conocidos visita Papa Madrid)-previsión- 60 m€
Subvenciones y gastos eventos religiosos y asociaciones ámbito local 290 m€

Además: La iglesia católica oficial española es propietaria, a través de sus más de 40.000 instituciones (diócesis, parroquias, órdenes y congregaciones religiosas, asociaciones, fundaciones, universidades, etc.) de un enorme patrimonio consistente en bienes mobiliarios, inmobiliarios (Ejemplos: más de 100.000 propiedades y aproximadamente el 70% del suelo habitable de Toledo, Ávila, Burgos y Santiago y unas 120.000 hectáreas en tierras agrícolas), suntuarios (enorme patrimonio en joyas, trajes, etc.), obras de arte, capital en fundaciones, pues aunque tengan autonomía jurídica y administrativa, no dejan de formar parte de la misma organización eclesial.

También participa en el sector financiero español (fundamentalmente cajas de ahorro) (Ver Anexo II). Posee innumerables empresas mediáticas y de comunicación social, así como del mundo editorial. Es partícipe, además, de acciones en multitud de grupos empresariales de diversos ámbitos.

Es evidente que, de forma más o menos legítima, recibe donaciones directas de sus fieles y que, ilegalmente, se nutre de diversidad de beneficios fiscales o regalías públicas y privadas, a veces, también, percibe suculentos negocios de todo tipo y actividad. Pero también se apropia presuntamente de forma ilegal de patrimonio gracias a la actual Ley Hipotecaria, que permite a la Conferencia Episcopal registrar a su nombre inmuebles, como templos, cementerios o casas sacerdotales que carecen de títulos de propiedad (Ver Anexo I).

La cifra presunta y estimada que el Estado (central, autonómico y local) ha cedido, directamente, a la iglesia católica, en 2010, puede haber superado los 10.000 millones de euros, cifra que a lo largo de 2011 se puede ver incrementada. De los cuales 249.456.822 de euros pertenecen a la asignación tributaria directa del IRPF (2009) y unos 90 millones por la vía de “fines sociales”. // En una época, como la que atravesamos, de profunda crisis social y económica la iglesia católica española, en 2011, va a seguir recibiendo “religiosa y puntualmente” del Estado, central y periférico, su financiación sin ningún tipo de recorte.

Cálculos más detallados y aproximados de la financiación en el año
2010 y previsión para el 2011

1-Las exenciones tributarias, según varias fuentes y expertos consultados, ha podido suponer en el ejercicio de 2010 una falta de ingresos por parte de las diferentes administraciones del Estado de unos 1.000 millones de euros. (*Impuestos municipales -como es el del IBI, obras- y otros varios impuestos directos locales, autonómicos y estatales)

2-En la Enseñanza, (curso 2008-2009) para el pago de las personas que imparten religión católica en la enseñanza pública y privada (unas 25.000), superó los 700 millones de euros, a esta cifra hay que añadir las horas perdidas por docentes que atienden a niños y niñas que NO asisten a religión y que podrían estar haciendo otra labor docente o tutorial.
Para financiar a los centros educativos con ideario propio (católico) la cifra se aproximó a los 3.900 millones de euros, a través de los módulos económicos de los conciertos educativos en cada CCAA (Según la ley de presupuestos del Estado se divide el modulo en: 1.Salarioscargas sociales. 2. Gastos variables y 3. Otros gastos). Además es previsible que conforme se vayan desarrollando los artículos 116, 117 y la 29 d. adicional de la LOE, aumentará considerablemente el costo de esta financiación.
A ello hay que sumar los apoyos directos o indirectos del Estado a las universidades católicas y a sus fundaciones, así como el costo de la permanencia de capillas y de clérigos en las universidades públicas.
En el capítulo de Enseñanza hay que contar las cada vez más cuantiosas donaciones que diversos estamentos públicos, como Ayuntamientos, CCAA, etc. hacen a fundaciones, universitarias privadas y otras entidades educativas de la iglesia. También las organizaciones de la Iglesia y la Conferencia Episcopal española reciben diversas subvenciones y donaciones de apoyo por parte del Estado, para sus medios de comunicación y editoriales. (*Todo este costo es muy complejo de averiguar, pues se encuentra muy mezclado y hay que acudir a miles de fuentes y partidas presupuestarias).

3-Del impuesto del IRPF (Que pasó del 0,52%, al 0,7% en 2007). La iglesia católica ha recaudado en el año 2010, del IRPF del 2009, la cantidad de 249.456.822 de € para financiar el culto y el clero. *(Algo más de dos millones de € menos que el año anterior).
Esa parte de la financiación se detrae del conjunto del impuesto sobre la renta de las personas físicas. En base al porcentaje de contribuyentes (declaraciones individuales o conjuntas) que ponen la correspondiente cruz a la iglesia católica. En 2010 fueron el 22,45 % (sólo a iglesia católica) y el 12,3 % (a iglesia católica y a fines sociales). En total un 34,75% lo aplicaron a la iglesia católica.
Las declaraciones que NO señalaron a la iglesia católica fueron, por tanto, de un 65,25%. También, por los impuestos del IRPF a través de la asignación del 0,7% a la casilla de “fines sociales” un porcentaje muy considerable de organizaciones de la iglesia católica han recibido varias decenas de millones de euros en 2010.
Media aproximada de asignación del 0,7% -por parte de los contribuyentes- en los últimos tres años: A ninguna casilla 34% // Sólo a fines sociales 32% // Sólo a iglesia católica 22% // A ambas casillas 12% Contribuyentes que NO asignan a iglesia católica 66% // Contribuyentes que SI asignan a iglesia católica 34%-

4-La actividad “social” de la iglesia católica que además de su labor de caridad, la utiliza para hacer proselitismo religioso, se realiza a través de centenares de asociaciones, organizaciones, fundaciones, congregaciones religiosas vinculadas a la iglesia a través de sus más de 60 delegaciones diocesanas locales y de las delegaciones autonómicas, tales como Caritas o Manos Unidas y otras y los más de 3000 centros y casas de caridad, dispensarios, casas de ancianos, discapacitados, orfanatos, guarderías, centros especiales de reeducación, centros de drogodependientes etc. a través de las Hermanitas de los Ancianos Desamparados o las Hijas de la Caridad de San Vicente de Paúl y otras múltiples pertenecientes a diversas congregaciones religiosas, que reciben dinero vía subvenciones, conciertos y donaciones directas del estado (central, autonómico y local). Este apartado podría superar con creces los 2.500 mll. de euros.

A ello hay que aumentar las subvenciones directas y convenios con actividades hospitalarias por parte de las Consejerías de Sanidad (unos 700 millones de euros en 2010). Estos datos son estimados (a la baja) sobre el cálculo de centros y de algunos datos a los que se ha podido acceder, pues al proceder de diversas administraciones la cuestión es muy compleja, ya que se mezclan diversos capítulos presupuestarios.

¿Qué dice la iglesia católica oficial?: Fernando Giménez Barriocanal, Vicesecretario para Asuntos Económicos de la Conferencia Episcopal española, responde sobre los dineros de la iglesia católica y ha dicho en abril de 2011, para justificar el que se señales la casilla de asignación a la iglesia católica: “Aunque no es posible avanzar una cifra exacta, podría calcularse que su aportación a la sociedad supera los 30.000 millones, tal y como se recoge en la Memoria Justificativa 2008 presentada por la CEE el pasado mes de junio. Cada euro que se invierte en la Iglesia católica revierte a la sociedad multiplicado por 2,73 en su servicio equivalente en el mercado. La Iglesia Católica presta un conjunto de servicios a la sociedad, en primer lugar los litúrgicos, a demanda de los ciudadanos, así por ejemplo, se puede hablar de que la Iglesia administra al año 335.484 bautizos, 244.469 primeras comuniones, 94.109 confirmaciones, 104.010 bodas y más de cinco millones de eucaristías. Para llegar a todo esto los sacerdotes y agentes pastorales dedican más de 45 millones de horas y el coste de estas actividades, si hubieran sido contratadas en el mercado, supondría un importe de 1.860 millones de euros. A la actividad pastoral tenemos que añadir la educativa, con 6.041 centros y 1.370.151 alumnos. Podemos cuantificar en este área que el ahorro de la Iglesia al Estado es grande, aproximadamente de 4.148 millones de euros. Otra actividad importante de la Iglesia es el patrimonio cultural. El mantenimiento de los templos le cuesta a la Iglesia 50 millones de euros al año, está claro que esto no resulta muy rentable, es decir, contrariamente a lo que muchos puedan pensar el patrimonio realmente no constituye un negocio para la Iglesia. La tercera parte de los ingresos turísticos culturales españoles proviene de la Iglesia y es una fuente importante para la sociedad española”.

Estos datos se refieren a la memoria de 2008, es decir a datos de 2007. En 2009 la situación fue sensiblemente a la baja, en cuanto al número de bautizos según la Conferencia Episcopal fue de 314.000 - el 63% de los nacidos que fueron ese año 493.000 y bodas con el rito católico 91.000. Datos ofrecidos por diversas fuentes nos indican que se reducen cada año. En 2010 las bodas civiles fueron más que las católicas Además, sugiere que el Estado debería de “contratar personal” para sus ritos. En fin un desatino total, de quienes piensan que Estado e iglesia católica es lo mismo.

Esto es una gran falacia: Los obispos y una parte de la sociedad (incluso política) dicen, que el Estado gastaría mucho más si tuviera que atender, por su cuenta, a estas obligaciones educativas o asistencias, incluso que revierte multiplicado en un 2,73%. Eso es una opinión trampa falsa que responde a datos erróneos y no comprobables. Además a través de la denominada obra social de la iglesia hacen proselitismo y política, en ocasiones contrarias al Estado de Derecho. El Estado, como se ha podido comprobar en cientos de casos, podría hacerlo directamente o con concesiones a entidades no religiosas, generando más riqueza social y más puestos de trabajo, aunque tuvieran, en su caso, un mayor costo económico, pero se ganaría en lo social y en la neutralidad. Pero es que, además, cuando la iglesia católica hace “sus peculiares cuentas” se limitan al costo del servicio directo, sin tener en consideración los costos de gestión pública y el hecho de que el Estado ha de atender, directamente, a ciudadanos en ámbitos rurales, que genera un mayor costo. Conclusión: El Estado hace una gran dejación de sus responsabilidades públicas, al financiar la “obra social de la iglesia católica”.

5-Clérigos funcionarios: El Estado paga también la nómina y seguros sociales de los capellanes hospitalarios (más de 500 a tiempo completo y casi 300 a tiempo parcial), de los penitenciarios (más de 100), más el de los 85 capellanes castrenses que hay en el Ejército y que dependen del arzobispado castrense, a cuyo frente está un arzobispo con grado de general de división. Estas nóminas y sus correspondientes cargas sociales superan los 25 millones de euros anualmente.

6-Patrimonio de la iglesia: Capítulo aparte son las ayudas directas a la Iglesia, para el sostenimiento de su ingente patrimonio artístico e inmobiliario, también para su reforma y conservación: 280 museos, 103 catedrales o colegiatas con cabildo y casi mil monasterios. Estos datos no nos han sido facilitados muy fiablemente por las distintas CCAA y Ayuntamientos, pero de diversas fuentes deducimos que se puede superar los 500 millones de euros anuales.

7-Donaciones y subvenciones: Cesión de suelo público y donaciones directas e indirectas, por parte de ayuntamientos, a Obispados para lugares de culto o para la denominada “obra social” y para centros de enseñanza (valoración, ésta, enorme e incalculable).
Pagos diversos de los gastos varios de algunas casas parroquiales e iglesias. Gastos, de ayuntamientos, en carteles, anuncios en prensa y radio y programas de mano para eventos religiosos (semana santa y otros desfiles procesionales, ofrendas florales, romerías, fiestas religiosas, etc.); costos extras de fuerzas de orden público, bandas de música y servicios de limpieza para todo tipo de eventos religiosos, etc. En estos apartados los gastos son incalculables. Hay municipios que, para este tema, se ha comprobado que el gasto por habitante y año supera los 2 euros, en otros puede superar los 10 euros e incluso más.
Además están los fastos religiosos extraordinarios: Las visitas del Papa, actos suntuosos, como conmemoraciones marianas, actos al apóstol Santiago, el Pilar, etc. En donde se financia propaganda, fuerzas de seguridad, fuerzas armadas, servicios de limpieza y oficios varios… etc.
*La visita del Papa a Madrid en agosto de 2011 ya está comprometido, por ahora, un gasto del Estado central de más de 25 millones de € y la movilización de hasta siete Ministerios; un gasto privado de diversas empresas y multinacionales (con las correspondientes exenciones de impuestos) de otros 25 millones de €. A ello habrá que sumar los gastos de la Comunidad de Madrid y del Ayuntamiento, cuyo costo final superará, previsiblemente, los 30 millones de euros, más la movilización de fuerzas de seguridad, oficios y servicios de limpieza, además de uso de locales públicos por parte de los asistentes, visados gratuitos, gastos sanitarios, etc.
*Las subvenciones de Comunidades Autónomas y entidades locales a organizaciones y asociaciones ligadas a la iglesia católica, en algunos casos muy radicales e integristas, puede superar un montante de varios cientos de millones de euros anuales en el conjunto del Estado.
*A modo de ejemplo: Sólo la Comunidad de Madrid adjudicó en una de las partidas de 2009 a
diversas organizaciones la mayoría religiosas y antiabortistas 477.000 euros para actividades de “salud pública y atender colectivos de especial riesgo” – Ver el País-Madrid: 10 febrero 2010.
(*En este apartado 7 se contabiliza una parte muy aproximada y lo que se conoce de la próxima visita del Papa)

8-Desgravación de impuestos: La desgravación fiscal de los donativos a la iglesia católica por parte de empresas o fieles, parece ser que supuso en 2008, según datos ofrecidos por la propia Conferencia Episcopal, un 70% más de lo que habían recibido por el IRPF. // Las donaciones a la Iglesia Católica desgravan un 25% del IRPF (caso de personas físicas), y un 35% del Impuesto de sociedades (caso de personas jurídicas). Porcentaje que Hacienda devuelve a los donantes y que supone un extraordinario montante de euros que deja de ingresar el Estado. (*Este apartado 8 no lo hemos contabilizado).

9-Propiedades universitarias: Varias organizaciones de la iglesia católica son propietarias, además, de varias universidades (Deusto, de los jesuitas; Navarra, del Opus; CEU, de la Asociación de Propagandistas; pontificias de Comillas y Salamanca; diocesanas de Murcia y Ávila), y de 15 Facultades eclesiásticas, 41 centros teológicos, 11 colegios universitarios, 55 escuelas universitarias y 72 institutos superiores. (*Por este ámbito, como hemos expresado anteriormente, también reciben donaciones públicas y apoyo económico diverso estatal, autonómico y municipal, que es muy difícil conocer).
(*Este apartado 9 no lo hemos contabilizado, por ser prácticamente imposible conocer cifras aproximadas)

10-Registro de patrimonio que no le corresponde: Denunciamos como la iglesia católica anualmente “agranda su patrimonio” apropiándose de “inmuebles sin dueño”. Gracias a una Ley (mejorada para la Iglesia en 1998) que permite a la Conferencia Episcopal registrar a su nombre inmuebles como templos, cementerios, tierras o casas sacerdotales y otros bienes que, hasta ahora, carecían de títulos de propiedad y que habían sido financiadas por los ciudadanos, por un ayuntamiento o que no hay herederos conocidos. Por la vía de las in-matriculaciones las cifras que se barajan pueden ser enormes. (*Ver ANEXO I)

El “poder económico” real de la Iglesia católica en España es prácticamente imposible calcularlo, dada su peculiar organización, la opacidad con la que funciona y su dependencia del Vaticano y, ello, aunque se tratara de evaluar la prestación de servicios voluntarios de fieles seglares, monjas y clérigos, más el dinero recaudado por diversas vías, para servicios educativos, sociales, sanitarios y de caridad, ya que se nutre de complicados mecanismos de ingresos privados y de financiaciones públicas, más la propiedad de bienes y patrimonio de muy variada índole, incluido su patrimonio financiero, como acciones, fondos de inversión, participación en consejos de administración de diversas empresas y entidades financieras varias, etc.

Cuando nos acercamos a los 35 años de democracia formal en España y con una Constitución que, aun en su ambigüedad calculada en esta materia, establece “que ninguna confesión tendrá carácter estatal”, los hechos, en materia de relaciones iglesia católica con el Estado español, en la cuestión de financiación, no sólo sigue con la misma orientación que en siglos anteriores, sino que, en términos cuantitativos, se ha acrecentado considerablemente y aun más en los últimos diez años, lo que, de hecho, significa que estamos en un Estado “confesional (católico) encubierto 

ESTOS DATOS SON APORTADOS POR EUROPA LAICA http://www.laicismo.org/data/docs/archivo_287.pdf